[Caracas, 13/04/2025] – Déjalo ir, Dios Nos Llama a la Confianza y el Perdón
En un mundo lleno de desafíos y pruebas, Dios nos invita a ser amables y perdonadores. La vida puede llevarnos a momentos de incertidumbre, pero es fundamental recordar que nuestras comparaciones con otros no deben dictar nuestro desempeño. Cada prueba que enfrentamos no solo nos moldea, sino que también nos promueve.
El mensaje central es claro: ¡Déjalo ir! Acepta que algunas cosas han llegado a su fin. Dios nunca nos presenta un desafío sin primero enseñarnos a enfrentarlo. La oración es clave en este proceso; cuando nos dirigimos a Dios, Él responde.
Confianza en lo Desconocido
Así como Abraham salió de Ur de los caldeos sin saber a dónde iba (Hebreos 11:8), somos llamados a confiar en Dios, independientemente de nuestras dudas. A veces, la falta de preparación puede hacernos sentir inseguros, pero la verdadera prueba no es sobre nuestras circunstancias, sino sobre nuestra confianza en Dios.
Obedecer a Dios no se trata de entender todos los detalles; es un acto de fe. Cuando sientes que Dios te llama a avanzar y dudas, esa falta de acción puede llevar a sentimientos de desánimo. Recordemos que confiar en Dios no es cuestión de tiempo, sino de carácter.
Una Llamada a Perseverar
La prueba que enfrentamos hoy puede manifestarse en diversas formas, como problemas económicos o de salud, pero lo que realmente se pone a prueba es nuestra confianza en Dios. Es esencial fortalecer nuestro carácter para fortalecer nuestra fe.
Aunque podamos equivocarnos en el camino hacia nuestras promesas, nuestro error no alterará los planes de Dios. Algunos de nosotros estamos en una temporada de resistencia, y el mensaje es claro: solo aguanta un poco más. Mientras enfrentamos dificultades, mantengamos viva la fe.
Renuncia al Plan, Aférrate a la Promesa
Al igual que Abraham, debemos confiar en Dios más que en nuestros propios esquemas. Aunque los planes pueden cambiar y los momentos de duda puedan surgir, la naturaleza de Dios permanece constante.
Hay momentos en nuestra vida en los que la ayuda de los demás no es suficiente; es solo tú y Dios. Recuerda que Dios siempre se provee a sí mismo.
Hasta que soltemos el control, no podremos ver las maravillas que Dios tiene preparadas para nosotros.