A veces tenemos muchas voces atacando la voz de Dios, diferentes voces que influyen en nuestras vidas, incluyendo nuestra voz interior, la voz del diablo y la voz de Dios. A veces, estas voces pueden atacar o confundirnos. Dios está presente en nuestro pasado y futuro, y no debemos temer lo que viene ni dejarnos llevar por la ansiedad.
El Dios que te espera en el futuro es el mismo Dios que estuvo en tu pasado. Cuando Dios te recuerda algo, no es para que revivas el pasado, sino para que sigas adelante. Olvida el pasado, tápate los oídos a las distracciones y abre los ojos a las oportunidades presentes. Los frutos genuinos no se pueden fingir.
Muchas metas que tenemos son en realidad etapas en el camino. No debemos justificar hábitos pecaminosos con la idea de que Dios nos perdonará. Es importante abandonar los planes basados en el pasado y enfocarse en el compromiso con la presencia real de Dios en el presente.
Referencias bíblicas:
Dios te formará y lo hará de nuevo. Usa con fuerza lo que puedes hacer y permite que Dios sane todo lo que estás sintiendo.